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ALFRED COBAMI CONDUCE SIETE KILÓMETROS TOTALMENTE A CIEGAS
El mentalista Anthony Blake fue la única ayuda de Cobami en el recorrido, a través, tan solo de la transmisión telepática entre ambos.
La localidad cacereña de Casas de Miravete fue testigo el pasado sábado 2 de enero de un nuevo reto del ilusionista extremeño, Alfred Cobami, acompañado en esta ocasión por el conocido mentalista Anthony Blake. La hazaña consistía en conducir a lo largo de cinco kilómetros, previamente cortados al tráfico, totalmente a ciegas utilizando como única guía la transmisión telepática entre ambos mentalistas.
Numerosos periodistas, vecinos de la localidad y curiosos fueron testigos presenciales de cómo se desarrolló el desafío. Ante la presencia de cámaras de televisión Alfred Cobami fue vendado mediante diferentes elementos, también examinados previamente por el público y periodistas, algodón, vendas y una bolsa negra que le cubría toda la cabeza, que anulaban por completo su visión. A continuación y siempre acompañado por testigos y cámaras, fue trasladado al kilometro 214 de la antigua N-V . Allí le guiaron hasta un coche descapotable para realizar la conducción, de tal forma que podían verle desde ambos lados de la carretera durante todo el recorrido y un periodista y un cámara fueron sus acompañantes.
Unos metros por delante en otro descapotable iba Anthony Blake, guiándole utilizando tan solo comunicación telepática entre ambos durante todo el recorrido. Ambos vehículos fueron escoltados por un grupo de motoristas.
Se vivieron momentos de verdadera tensión y miedo cuando en varias ocasiones el coche de Cobami, llegó a pisar el arcén o incluso a dar marcha atrás en alguna curva cerrada, momentos en el que Blake aseguraba según sus propias palabras “sentir que le perdía hasta en tres ocasiones”.
Finalmente ambos consiguieron llegar a la entrada de la localidad de Casas de Miravete, donde finalizaba el desafío, recibido por gran cantidad de aplausos del público que allí le esperaba. Aturdido y con fuerte dolor de cabeza, fueron las primeras palabras del mentalista antes de bajarse del coche, que a continuación pudo desprenderse del vendaje con la ayuda de Anthony Blake, que le tapaba los ojos, para evitar ser dañado por la luz del sol. Así pudo atender y hacer las primeras declaraciones y sensaciones vividas a los medios de comunicación presentes, después de haber conseguido y sumado un nuevo reto en su dilatada carrera profesional.